Efectivamente, no hay que darle más vueltas.
Más vale un mal acuerdo que un buen juicio, porque el buen juicio no depende de uno, sino de un tercero, que es el que pone las notas...y si te quieren suspender te suspenden, con razón o sin ella...
En todo caso, lo de la nulidad no se lo cree ni el abogado de la otra parte ni el secretario judicial (que su interés no es que se haga justicia, sino quitarse un juicio de la agenda...muy triste...), pero esas presiones de despacho o en sala para que concilies, y encima delante del cliente - que se enteran de la misa la mitad y se vienen abajo en cuanto alguien que tiene una toga con ribetes y escudos le cuenta una peli diferente a la de su abogado, que lleva una toga menos tuneada- te obligan a aceptar sí o sí...lentejitas, que se dice...
Saludos.