Nada como verse algún juicio que coincida con el que tienes, de verdad. Y si encima es el mismo juez que te va a tocar, pues mejor que mejor. Cada uno tiene sus manías, sus interpretaciones, sus mongoladas, sus días buenos y malos, conviene conocerlos un poquito, si está en la conciliación previa, si no está, si aprieta para el acuerdo,... Esas tonterías, aunque parezca que no, ayudan a ganar un juicio en instancia, porque el juez está en su casa y en la casa de otro hay que compartarse como le gusta el anfitrión...
Respecto al desarrollo del juicio, al final es un ordinario, sota caballo rey, y como bien dices, en el 85 LRJS viene bastante claro.
Y aunque viene muy bien llevarse una instructa con nuestras alegaciones, las sentencias que nos benefician,... por si perdemos hilo, o para dársela al juez, yo soy partidario de leer lo mínimo, hablar lo mínimo, separar la paja del grano e ir a por los cuatro o cinco extremos que van a resolver el pleito, porque al final el objeto de un pleito se reduce a eso. El resto son fuegos artificiales que se hacen más de cara a la galería-cliente, que por gusto del juez, que se come 15 juicios en una mañana y solo levanta la cabeza cuando tocas esos extremos, en el resto piensa en la compra o en la final de Champions que quiere que gane el árbitro, como yo.
Yo hice las prácticas, el practicum, con un juez de lo social y el tío decía que dictaba más sentencias estimatorias cuando el abogado iba solo que cuando iba con el cliente, porque en el segundo caso se habla demasiado y cuando uno habla demasiado la probabilidad de meter la pata se incrementa claramente.