D. Miguel Ferre Navarrete
Secretario de Estado de Hacienda
Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas
Cl. Alcalá, 5. Madrid.
Estimado Secretario,
Como ya le comunicamos, habíamos solicitado, a través de la AEAT, que se ampliara el plazo de presentación de las autoliquidaciones del primer trimestre de este año, al coincidir los últimos días del mismo con los festivos de la Semana Santa, constituyendo ello un grave problema para poder cumplir, por empresas y profesionales, con estas obligaciones tributarias.
Desde la AEAT se nos informó de la imposibilidad de modificar dicho plazo.
Ahora nos llevamos la desagradable sorpresa de que en la página de la AEAT se anuncia que El plazo de presentación con domiciliación bancaria para las autoliquidaciones que deban presentarse en el mes de abril de 2014 será del 1 al 14 de abril.
A este respecto, podemos recordar que desde 2008 venimos advirtiendo el problema que supone un plazo de domiciliación que, con carácter general, expira el día 15 del mes siguiente a la finalización de los períodos de autoliquidación, sin que la Administración tributaria lo haya solucionado. Para dar una idea del problema basta decir que el artículo 11.1 del Reglamento por el que se regulan las obligaciones de facturación, aprobado por Real Decreto 1619/2012, establece la obligación de expedir las facturas en el momento de realizarse la operación aunque, si el destinatario es un empresario o profesional que actúa como tal, las facturas deberán expedirse antes del día 16 del mes siguiente a aquél en que se haya producido el devengo.
Comprenderá que si ya es muy difícil presentar unas autoliquidaciones de calidad el día 15, en esta ocasión será imposible hacerlo el día 14 de abril cuando puede ocurrir que no se hayan recibido aún facturas correspondientes al mes de marzo.
Desde nuestro punto de vista, tanto el hecho de no haber ampliado el plazo general para el 1T de 2014, como este adelanto del plazo máximo para el ingreso por domiciliación constituyen una incomprensible falta de sensibilidad, primero, respecto a los contribuyentes que intentan cumplir disciplinadamente con sus obligaciones tributarias y, asimismo, con los colaboradores sociales que acuden con frecuencia a la vía de la domiciliación bancaria.
Además, nos parece conveniente que el Ministerio y la AEAT valorasen los costes de imagen que este tipo de proceder puede provocar, imagen que entendemos puede tener una considerable importancia en la lucha contra el fraude fiscal.
Estos comentarios los hacemos con toda la tranquilidad que nos da ser una corporación que intenta guiarse por el interés general, y siendo conscientes de las dificultades que la gestión tributaria presenta.
Un abrazo,
Valentín Pich Rosell
Presidente del Consejo General de Economistas