Los argumentos del Gobierno son totalmente demagógicos.
Nuestro sistema financiero de seguridad social se basa en un sistema de reparto, en el que las cotizaciones que se realizan hoy van a financiar las pensiones de hoy. No estamos financiando las pensiones del año 2.050 para garantizarnos disponer de una pensión. Cuando llegue ese momento habrá que ver si los recursos disponibles no alcanzan para mantener las pensiones.
Las previsiones del volumen de trabajadores en las futuras pirámides de población han fallado siempre. Primero porque no tuvieron en cuenta que las mujeres tienen un perfecto derecho a trabajar y que podían incorporarse al mundo laboral. Y segundo, porque son incapaces de reconocer que la afluencia de mano de obra inmigrante está superando todas las expectativas.
Así lo demuestra el catedrático
Vicenç Navarro.
Por otro lado, hay voces significativas que indican que va siendo hora de pensar en modificar el obsoleto modelo de fuentes de financiación, traspasando a las aportaciones estatales la obligación de mantener el sistema, como sucede con la asistencia sanitaria. Así lo refleja
Jordi Sevilla en su blog.
En términos políticos, se trata de una propuesta para la mesa del diálogo social, donde la patronal ya le mostró el camino al gobierno con las
declaraciones favorables del Sr. Ferrán, y dónde sólo va a encontrar con la presunta oposición de los Sindicatos.
Si los Sindicatos se niegan a validar la propuesta, el Gobierno va a aprovechar para colarla en otro sentido: ampliando el periodo de cotización para la base reguladora.
Estamos ante una serie de medidas de recorte de derechos y contra el estado del bienestar, siguiendo el
modelo alemán, que indican la deriva que se está produciendo en Europa con el avance neoliberal.
Ello es así, porque si se trata de buscar fuentes de financiación, podían recortar de donde muchos sabemos: Presupuesto de la Corona, Pensiones y Sueldos de Parlamentarios y autoridades locales, Sueldos de Altos Cargos Financieros, Presupuesto de la Iglesia Católica.
E incrementar donde es prácticamente nula la aportación: las SICAVS, los beneficios bancarios, los beneficios de la SGAE, el impuesto sobre el patrimonio.
Y abrir las fronteras para que puedan colaborar los inmigrantes en el sostenimiento de nuestro sistema de Seguridad Social. Tal como se hace con los movimientos de capital y de productos. Merece la pena.
Saludos.