A ver, tal como están las cosas, tampoco me puedo quejar; hay much@s compañer@s que están peor, desde luego. Y no hablemos de esos 6 millones largos de parados y subempleados que hay en este país (si sumamos ambos colectivos, desde luego que superamos los 6 millones).
Pero, ya digo, cuando fuí a la cena de celebración del Colegio del 15 aniversario de mi colegiación, joder; parecía el palco del Liceo: caballeros de edad avanzada supermaqueados, señoras vestidas y enjoyadas para ir a una fiesta de la Duquesa de Alba; niñas mega-pijas adolescentes que acompañan a sus papis, ataviadas como en su fiesta de puesta de largo (la cena de los papis y las dos nenas; 400 euracos. Manda cojones). Luego, ostras; esos políticos tan conocidos: el presidente del congreso (Jesús Posada), Artur Mas, Sánchez-Camacho, y más que me dejo (si os fijáis, todos de derechas y ningún sindicalista). En fin, que observarlo todo de golpe, te hace comparar con tu status socio-económico, y te entra un complejo de inferioridad que te deja chafado (lógicamente hasta que no te sientas en la mesa con gente afín: los pringaos de los 15 años que sólo vamos cuando nos invitan).