Y no es tan complicado. Nosotros, desde hace más de 20 años, nos beneficiamos de importantes bonificaciones en la formación (lo que nos permite, con un mismo presupuesto asignado, realizar un mayor número de acciones formativas), e, incluso cuando teníamos una dimensión más pequeña (que en RRHH igual valíamos para un roto que para un descosido, es decir, el mismo equipo gestionábamos nómina, altas/bajas, cotizaciones, selección, relaciones laborales, gestión o desarrollo de RRHH, formación...) gestionábamos por nuestra cuenta el tema de las bonificaciones (en su momento Forcem, luego Fundación Tripartita, ahora FUNDAE...), sin necesidad de esperar cantos de sirena de supuestas entidades formativas que nos ofrecieran "cursos bonificados", siempre elegimos nosotros el tipo de formación y proveedor, incluso en ocasiones formación organizada por la propia empresa, cursos abiertos o de calendario (abiertos a cualquier cliente, y ya es cosa de cada empresa si se lo bonifica o no), formación ad hoc... , y siempre tratando de aprovechar la máximo el crédito disponible. La verdad es que vale la pena. Pero hay que ponerse, claro.