Es una desobediencia clara, voluntaria y manifiesta. La orden no es arbitraria (que no atienda ahora a clientes no quiere decir que en un futuro eso pueda cambiar) ni pone en riesgo al trabajador. Además, es dentro de la jornada laboral y por tanto él cobra ese tiempo igual que si estuviera cuadrando balances.
Vamos, que es una pataleta del contable.
Contra pataletas, mi hoja de ruta es: 1) Por escrito avisarle de que si persiste en su negativa, la empresa no le quedará otra, muy a su pesar dada su trayectoria, blablablá, que sancionarle; 2) Si persiste en su negativa, sancionarle según establezca el Convenio.