Lo de las inspecciones que no acaban en tragedia es que da para mucho y echarse unas risas... entre todos seguro que escribimos un libro.
Yo la verdad, es de los que si puedo voy con el cliente y lo llevo cueste lo que cueste... tanto me da... porque si sale mal no quiero llevarme las culpas (alguno ya me tiene dicho "si fuese yo seguro que a mi no pedían X") y si sale bien, la medalla es para los dos
una de las que tengo más reciente es la del jubilado titular fiscal que no debía estar en la recepción del hotel y lo pescaron. Cuando fuimos a inspección se me presentó sin afeitar y la camisa llena de lamparones. El tío a todas las preguntas decía con cara de pena "es que no sé, yo es que estoy muy mal ya de la cabeza..." "yo es que tomo unas pastillas que me desorientan..."... Pues el tipo se fue para casa con un tirón de orejas. Actor del método. Era como si Marlon Brando hiciese un papel en Campeones. Os juro que nunca antes fuera de la pantalla vi tanta capacidad camaleónica. Al salir por la puerta ya estaba dándome palmadas en la espalda e invitándome a un cafelito.