Bueno, es que la denominación actual del permiso es la de "cuidado del lactante" (ya no "de lactancia").
Eso tal vez puede facilitar disociarlo del hecho natural de lactar (se refiere al, al menos potencialmente, lactante, y a su cuidado, que puede implicar muchas cosas, más allá de la propia acción de la lactancia).
Obviamente como hay menores que dejan de lactar (de forma natural) a los pocos meses, incluso apenas llegan a hacerlo y otros están hasta los 4 años, de querer mantener ese periodo como referencia, podrían llamarlo "por cuidado del menor de 9 meses".
En fin... está claro que hace ya tiempo que quedó disociado de la lactancia propiamente dicha, o si no, ¿qué sentido tiene el disfrute acumulado en jornadas completas? ¿le das de golpe en 15 días la leche de varios meses?
Está claro que ha quedado como una medida de conciliación más, y que, como ha sucedido con la ampliación progresiva del "antiguo" permiso de "paternidad" hasta igualarlo con el también "antiguo" permiso de "maternidad" lo que pretende es involucrar más al progenitor distinto a la madre biológica (que normalmente, aunque no siempre, es un hombre), de forma que, entre otras cosas, contribuya a no ver a la mujer como la única sobre la que recaen ciertos roles y con sus habituales consecuencias (o hipotéticas consecuencias) en su actividad laboral y carrera profesional.
Ese es al menos el propósito, facilitar esa ideal "igualdad de oportunidades". Obviamente en la práctica el objetivo es más complicado y depende de más factores.
Recuerdo hace años, cuando tras la entrada en vigor de la Ley para la Igualdad, y empezar con los planes de igualdad, etc. en una de las muchas jornadas a las que asistí para ponerme al día, conocer experiencias, etc, el Director de RRHH de una muy importante empresa presumía de las mejoras que habían implementado para facilitar la conciliación de las trabajadoras (ampliación del permiso de lactancia, maternidad...). Justo una de las asistentes, representante de un sindicato, le reprochó que lo estaban haciendo muy mal, estaban haciendo justo lo contrario de lo que había que hacer. Ampliando las medidas de conciliación para la mujer, lejos de hacerle favor, lo que conseguían era reforzar aún más el tradicional rol "trabajadora-mamá" y que lo que había que hacer para favorecer la igualdad de oportunidades entre sexos era justo concebir medidas (o mejorar las ya existentes en ese momento) exclusivas para el hombre, de forma que se involucrara más en la conciliación, etc.
Que al final sean efectivas o no... como decía, eso depende de más factores, entre otros, de la mentalidad de muchos, de empresarios pero también de madre/padres trabajadores.
Seguramente no es un caso muy representativo, pero conozco el caso de un empleado (que además lo comentó en público, sin ningún tipo de pudor) que aprovechó buena parte del permiso de paternidad (cuando aún se llamaba así pero ya duraba varias semanas) para ir a hacer surf a Australia, porque además ahí era verano y aquí invierno y una oportunidad así... (os aseguro que es un caso real). Visto el percal, igual a la madre no le importó demasiado (debió pensar que, conociéndolo, igual era más in estorbo que una ayuda y mejor así bien lejos).
También me sorprende que, siendo el permiso igual para ambos, aún sean muchos padres los que renuncian a buena parte del mismo. Es algo inconcebible en las madres. Y lo mismo con el permiso de lactancia. Por desconocimiento, mentalidad o temor, es curioso como muchos padres no lo disfrutan, cuando pueden hacerlo en las mismas condiciones, duración y de forma simultánea a la madre. Es más, con ello impide que los dos (y uno de ellos con prestación) puedan prolongarlo por 3 meses más (para esa ampliación es condición sin equanum haberlo disfrutado los dos y de la misma forma).
En fin, trato de evitar juicios de valor (y los que me conocéis sabéis que tiendo a hacerlos), trato simplemente de explicar la finalidad teórica de estas medidas a la vez que algunas realidades que conozco.
Saludos.