Y ahí es donde entra el tema de siempre: si un trabajador ficha y resulta que ha estado 8 horas y media en la empresa en vez de 8 horas, ¿quiere eso decir que ha trabajado 8 horas y media?, ¿restamos el tiempo de café, las charlas en los pasillos, las discusiones del fútbol, los tiempos muertos?, ¿les obligamos a fichar todas esas pausas?
Más: ¿Que alguien salga media hora más tarde de su hora quiere decir siempre y en todo caso que ha trabajado media hora de más y por tanto son horas extras?, ¿cronometramos a los trabajadores y les restamos los tiempos comentados, el momento All-Bran que cada vez dura más porque el móvil lleva prensa incorporada, la llamada a la guardería para ver si va todo bien, a la suegra para decirle que no vamos a comer a su casa ese fin de semana?
En fin, que mucha conciliación y mucha leche a nivel institucional, pero por recaudar cuatro euros en multas por la Inspección, nos vamos a terminar cronometrando unos a otros, trabajadores y empresa, y así seguremos en nuestra absurda política de calentar la silla en vez de preocuparnos de lo importante, ser productivos, sacar el curro lo antes y mejor posible, y conciliar como nos merecemos d euna vez por toidas .